Naolinco

Naolinco cautiva los sentidos, y la prueba está en las innumerables veces que turistas y visitantes lo han catalogado como pueblo mágico gracias a que la localidad se distingue en la región por sus incomparables festividades y sus reconocidas tradiciones. Sin embargo, merece especial atención la riqueza artesanal que gira en torno a la extensa cultura de la elaboración de calzado y la amplia variedad de artículos de piel que han caracterizado a la ciudad como punto clave en el mapa estatal, nacional e incluso internacional. En la actualidad, existen cientos de zapaterías, talleres, locales y plazas comerciales que sostienen la economía local. La originalidad, constancia y dedicación de los artesanos zapateros y talabarteros es el resultado de una larga tradición heredada de padres a hijos que ha sobrevivido al paso de los siglos. En cada taller, desde el más grande con maquinaria especializada hasta el más pequeño, muchas veces montado dentro de la casa, es donde el zapatero elabora desde cero los pares que calzan a gran parte de los pobladores de la región y, por supuesto, a los visitantes que acuden a Naolinco buscando la calidad de un artículo hecho a mano con talento y corazón. El artesano trabaja entre hormas, herramientas, hilos y cortes de piel, recreando la escena quizás más solemne de este oficio: el zapatero naolinqueño, sentado en un banco, creando a mano el calzado que se exhibirá en los incontables aparadores de las zapaterías de la ciudad, haciendo que el talento naolinqueño deje huella en muchos rincones del país y del mundo.